martes, 5 de noviembre de 2019


LENGUAJEO PARA UNA CINEMATOGRAFÍA CRUDA

[Con] “lenguajeo”, [...] Mignolo (2000) alude a los elementos afectivos y colectivos de la vida humana sobre los que después se funda y se apoya el lenguaje. Mignolo, W. (2011). Historias locales / Diseños globales. Colonialismo, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo. Madrid: Akal


Maturana sostiene que como seres lenguajeantes vivimos en un mundo de objetos que surgen en el lenguajear. De hecho, él afirma que los objetos surgen en el lenguajeo en la primera recursión del fluir en coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales de conducta que el lenguaje es. Cada recursión, en el fluir de coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales de conducta en el que nosotros estamos cuando lenguajeamos, genera un objeto, y cada recursión produce una clase diferente de objeto de acuerdo a las circunstancias relacionales en las que toma lugar. http://www.comitepaz.org.br/Maturana4_3.html


En el marco del evento Pensar lo Real de la MIDBO 21 (http://www.midbo.co/21/encuentro-pensar-lo-real/) se organizó un grupo de trabajo titulado: escrituras no lineales para una cinematografía cruda.
Este grupo fue liderado por Enrico Mandirola y Claudia Salamanca y acompañado por varios artistas, cineastas, cinéfilos, productores, creadores, cocineros y pensadores, que durante 16 horas compartieron y reflexionaron, en el andar y devenir, sobre las multiversas formas de escribir las imágenes y los sonidos en movimiento.

Este es el boceto general de la receta que estamos diseñando para abrir nuevos diálogos sobre las cinematografías. Esta receta está hecha de varios y muchos ingredientes que recogimos durantes 3 días y que ahora toca empezar a cocinar para muy pronto compartir este Festín Desnudo.


La cinematografía cruda piensa los procesos que habitan la creación cinematográfica desde una perspectiva situada. La escritura, la producción, la realización, la posproducción, la exhibición, la distribución, para nombrar procesos estandarizados, son leídos, re-interpretados y buscan formas de relación que habiten diálogos horizontales. Así las cosas, la cinematografía cruda piensa que tanto el proceso de creación tiene el mismo valor que el producto. En esa medida pide prestado, en diálogo con otras disciplinas, el valor experimental del proceso donde las formas de creación no son estandarizadas y pueden ser contingentes. De esta manera se incluyen en el proceso, el pensar las dinámicas del habitar el espacio de creación, las formas de nombrar, y de ver.

El cine como cinematografía cruda es conocimiento situado no mera representación. La cinematografía cruda genera conocimiento desde el lugar que se enuncia; el territorio aparece en algunos casos como contenido pero también reconoce que las formas de crear imágenes debe considerar economías locales, modos de asociación, piensa lo obsoleto y su relación con lo nuevo, discutiendo los imperativos de las fuerzas de progreso global. Así las cosas, la cinematografía cruda como conocimiento situado aparece por fuera de las lógicas paradigmáticas prestadas de la línea de ensamblaje de producción y creación. La cinematografía cruda constantemente discute y re-plantea sus formas de producción desde lo autogestionado, lo conocido y lo experiencial. Si bien desde la institucionalidad se moviliza la categoría de “El cine colombiano” en un intento de construcción de nación dentro de los paradigmas de creación de marca, lo colombiano aparece aquí, en la cinematografía cruda, en tensión, sin pretensiones de abarcar lo diverso e inconmensurable del territorio dentro de una categoría única.


La imágen de lo crudo nos devuelve a los ingredientes fundamentales de una receta que poco a poco se suman, se mezclan, se cocinan, que huelen, que son colores y sonidos y que al final se ofrecen y se comparten. Los sonidos de lo crudo nos traen partituras como cartografías de las vibraciones. Lo crudo desenvuelve, devela y desnuda. Lo crudo es un “festín desnudo”, una errancia en los procesos creativos, habitándolos, degustándolos, oliéndolos, sintiéndolos, mirándolos, tocándolos. Un cine que nos toca los órganos; un cine hecho de ingredientes crudos que dibujan recetas en constante movimiento. La cinematografía cruda considera que la percepción es contingente, muta de acuerdo a los contextos; por lo tanto, debe habitar apuestas perceptivas diversas, salidas de los códigos cinematográficos petrificados en formas de hacer, que solo responden a las lógicas del entretenimiento. Los procesos de creación no pueden someterse a lógicas homogeneizadoras que formatean el lenguaje y las formas de representación las cuales son validadas por parámetros que provienen de ámbitos económicos en los que prima la rentabilidad. La cinematografía cruda permite pensar en procesos que no se terminan y no se encaminan a resultados cuantitativos, sino que se localizan en la apertura de la obra y el conocimiento en el proceso de creación, diálogo y posibles derivas de lo que ocurre en el camino que transita. Volver a lo crudo es abrir las posibilidades sintácticas, semióticas y expresivas.  La construcción de conocimiento con y a través de la imagen implica superar fórmulas no solo genéricas sino escriturales.


Por esto y más cosas (a desarrollar colectivamente) consideramos importante poder dialogar frente a los siguientes ingredientes, en pro de la apertura de los campos de creación cinematográfica, hacia lo que hemos denominado una cinematografía cruda. Consideramos que delante de toda obra, se debe situar la postura ética del autor frente a los multiversos que involucran la realización. Así generar un pensamiento que integre las dimensiones paralelas que coexisten en, con y a través de la obra y sus alcances. Esta dimensión ética se sitúa en todos los momentos de generación de la obra entendidas actualmente como creación, producción, circulación y distribución. 
  • Las imágenes y su camino, buscan la circulación en el aire libre. Consideramos que se deben aplicar políticas que propendan por el conocimiento libre, la propiedad colectiva, estableciendo nuevas formas contractuales. Las garantías que actualmente se solicitan como las certezas para la realización de una obra no consideran otras economías como las asociativas, colectivas y solidarias.
  • La producción no solo es una rueda que hace funcionar una maquinaria ajena a ella, sino que, la consideramos desde de la cinematografía cruda, como un sistema ecológico articulado hecho de ingredientes interrelacionados y abiertos a la constante mutación, permeados en cada momento por su postura ética. 
  • El hacer presupuesto es un proceso auto-consciente de las reales necesidades de una obra y por lo tanto, es imperativo, que tenga en cuenta la huella de carbono que genera la realización de un proyecto. Así las cosas, el presupuesto debe ser una actividad que considera la sostenibilidad del territorio, el espacio, o lugar donde se desarrolla; el presupuesto, y la producción general debe escapar las lógicas extractivistas de la imagen.
  • Consideramos, desde la cinematografía cruda, lo colectivo como multiplicidad de lenguajes, espacios, tiempos, pensamientos y diversidades tanto situados como virtuales basados en el autocuidado en los procesos creativos de imágenes y sonidos en movimiento y no en la jerarquización de la comunicación y la creación. 
  • Dentro del reciente reconocimiento a procesos de investigación-creación, consideramos que se deben pensar las violencias epistémicas que se siguen ejerciendo desde formas colonizadoras del saber. El ver y el escuchar como actos políticos.
  • Consideramos, desde la cinematografía cruda, que el público no es un objetivo sino el habitante de la obra.
  • Consideramos, desde la cinematografía cruda, el guión como cartografía. Abandonamos el guión por el andar, caminar las imágenes, y la deriva como formas de producción. 
  • Consideramos, desde la cinematografía cruda, que no todo es alta resolución; no todos miramos desde la misma altura; no todos escuchamos los mismos colores. ¿Dónde está la cámara y donde está el proyector? Hay cine sin cámara y hay cine sin proyectores.

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Contra el centralismo
Contra la autoridad del autor (para una ética de las imágenes)
Contra la medición de los impactos
Contra el elitismo de los círculos de exhibición
Contra las categorías
Contra la homogeneización de públicos
Contra la estandarización de los productos visuales
Contra la hegemonía tecnológica
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Con este Lenguajeo para una cinematografía cruda buscamos entablar un diálogo con interlocutores institucionales nacionales y regionales para la creación de una política pública que se traduzca, por ejemplo, en el establecimiento de un fondo para el apoyo a la creación de las imágenes y sonidos en movimiento que se desvincule de los formatos de escritura, producción y distribución convencionales y que proponga una serie de preguntas que favorezca diversas formas de escritura. Por “escritura” entendemos:
  • Imágenes en movimiento
  • Sonidos en movimiento
  • Fotografías
  • Cartografías
  • Palabras escritas
  • Texturas y olores
  • Recetas

Y todas las demás formas de expresión que permitan al autor crear la Imagen de la obra que quiere presentar.Este fondo no tendría una cantidad de proyectos financiables pre definidos, ni tampoco unos montos específicos pre-asignados, sino que estará, en la decisión de los jurados, la capacidad de decidir las cantidades de proyectos y montos individuales asignables en relación a las propuestas presentadas. Los jurados por lo tanto deben tener perfiles idóneos que les permita escuchar, ver, leer e interpretar las propuestas y la singularidad de los procesos.
En este taller trabajamos posibilidades de registrar las imágenes-semilla de una obra. Parte de las preguntas que hacían de medium para hacer aparecer (llamar a) esas imagenes-semilla, las citamos a continuación: 

La primera lección me la dió una cortina
¿Cómo arrancó tu proyecto?
¿Cuál es tu cartografía?
¿Cuáles son las bases que te soportan?
Biografía de las propuestas
¿Cómo vas a construirme?
¿De qué material estare hecha?
¿Cómo vas a cuidarme?
¿A quiénes vas a invitar a visitarme?
¿Qué quiere que pase y no pase en mi interior?
¿Cómo quieres que se sientan los visitantes?
¿Qué vas a ofrecerle?
¿Cómo se puede habitar la obra?
¿Cómo se imagina la obra a sus habitantes?
¿Qué elementos físicos y emocionales implican?
¿Qué quieres expresar?
¿Cómo buscas hacerlo?
¿Quién eres?
¿Qué te inspira?
¿Cuál es tu esencia?
¿Qué te hace único?
¿Qué debes saber de mi?
¿Cuáles serán los códigos de comunicación internos y externos?
¿Cómo voy a llegar a la forma?
¿Qué espero de ti?
¿Qué estoy dispuesto a hacer para que seas?
¿Cuáles son tus límites éticos?
¿Cómo quieres que me sientas?
¿Quiénes me habitan?
¿Quién quieres que cambie?
¿Cómo vas a mostrarme?
¿Cuál es tu canción?
¿Cuál es el ritmo de tu vida?
¿A qué suenas?
¿Por qué quieres que exista?
¿Cómo te imagino?
¿Cómo debes imaginarme?
Plan de la obra
Presupuesto de la obra



Palabreado, pensado, escuchado, dialogado y escrito por:
Enrico Mandirola
Claudia Salamanca
Fabián
Ana María López
Ana María
Adriana Rojas

Andrés Leonardo Suárez Moreno
Ana Lucía Ortega Buitrago